XXXI Domingo del Tiempo Ordinario
Mt 23,1-12
EL MAYOR QUE SEA EL SERVIDOR
En la lógica que nos ha enseñado Jesús el más grande es el que sirve. Un servicio que se vive en obras concretas, no sólo de palabra.
Por eso importante es "hacerse" servidor. No es una condición ya dada, sino que es fruto de todo un cúmulo de decisiones en la vida. Los cristianos estamos invitados a servir, no por obligación, sino por convicción. En esa decisión se pone en juego nuestra identidad.
El evangelio de este domingo nos da algunas claves para entender la "espiritualidad del servicio":
— Debemo aprender de la fuente, es decir, de la palabra de Dios (v. 3).
— Lo que hacemos no es para exhibirnos, no es para imponer una imagen falsa, sino para proponer un camino (v. 5).
— Todo debe enmarcarse en el contexto de la fraternidad: somos hermanos! (v. 8).
— La grandeza de una persona está en su capacidad de servicio (v. 11).
Este estilo de vida Jesús lo vivió en primer lugar. Por eso él es nuestro camino y nuestra inspiración. El estilo de Jesús sigue siendo una propuesta actual para el mundo de hoy. Es el estilo que transformará el mundo... es la espiritualidad de la cual tenemos tanta necedidad!
¡Ánimo!