XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario
Lc 17,11-19
AGRADECER ES RECONOCER A DIOS COMO DIOS
En el agradecimiento tenemos la oportunidad de reconocer la grandeza y la providencia de Dios. Y nosotros mismos nos reconocemos como beneficiados por la bondad de Dios. Este aspecto de la vida es siempre necesario profundizarlo, para darnos cuenta que venimos de Dios y hacia él vamos. Agradecer es reconocer a Dios como Dios, como fuente de todo.
Es impactante en el evangelio de este domingo el detalle del samaritano que da gracias a Jesús. Pareciera que "los de fuera" tienen más capacidad para darse cuenta de la bondad de Dios, de sus beneficios.
El gesto de "dar gracias" pareciera un simple gesto de cortesía, pero en realidad es más que eso. La acción de gracias es un reconocimiento de la obra de Dios. Por eso Jesús se alegra que uno de los diez leprosos, que recibida la curación, regresa para dar "gloria a Dios" (v. 18).
En la vida, si estamos más atentos, descubriremos muchos motivos para dar gloria a Dios. Sólo es cuestión de descubrir el "paso" de Jesús por nuestras vidas. Por tanto, podemos (y debemos) abrir más los ojos para ver... y agradecer.
¡Ánimo!