XXV Domingo del Tiempo Ordinario
Mc 9,30-37
¿QUIÉN ES EL MÁS IMPORTANTE?
Jesús sigue enseñando por el camino a sus discípulos. Ellos necesitan conocer todos los detalles del proyecto que Jesús tiene. El Maestro les anuncia por segunda vez su misterio pascual. Sin embardo los discípulos no entienden y no quieren preguntar: por miedo (v.32), por descuido, por falta de atención, por distracción...
Efectivamente la distracción se había dado porque en el camino habían estado discutiendo sobre quién es más importante (v.34). La atención no la habían puesto en Jesús, sino en ellos mismos. Se dan cuenta, con verguenza, que no han sabido escuchar la esencia del misterio de Cristo.
La pregunta de Jesús sigue siendo válida para nosotros hoy, podemos y debemos hacernos la pregunta: ¿quién es el más importante en este mundo? ¿el rico, el político, el profesor, el sacerdote, el obispo, el líder, el poderoso? Pongamos atención a la respuesta de Jesús: el más importante es el que se pone por último y sirve a todos (v. 35). Cualquier persona, en la situación en la que vive, si es humilde y se pone al servicio de los demás entonces ese es el más importante. La capacidad de servicio debe ser demostrada con todos, sin excepción, sin exclusión. La clave está en el servicio como estilo para vivir.
- El rico sirve con su capacidad de solidaridad concreta.
- El político sirve buscando el bien común realmente.
- El profesor sirve dedicándose a la transmisión de la verdad.
- El sacerdote sirve asumiendo su ministerio como buen pastor.
- El obispo sirve con corazón de padre, maestro y pastor.
- El líder sirve con el ejemplo y con la propuesta de la utopía.
- Todos servimos asumiendo nuestra vocación...
Necesitamos urgentemente "personas importantes" que vayan transformando el mundo desde dentro, demostrando que es posible vivir en actitud permanente de servicio. Pensemos, por ejemplo, cuál es el ministerio parroquial donde cada uno ejerce con valentía su espíritu de servicio. También vale la pena poner atención si servimos con alegría.
¿Cuáles serán los gestos concretos de servicio que vamos a cumplir después de escuchar este evangelio?
¡Ánimo!