XXIV Domingo del Tiempo Ordinario
Mc 8,27-35
EL MESIAS NOS MUESTRA EL CAMINO
La pregunta que nos hacemos este domingo es muy importante para definir todas nuestras opciones de vida. Nuestra fe en el Mesías es clave para saber qué tipo de camino vamos a seguir.
Un detalle interesante del evangelio es que el diálogo y la profundización se hace mientras caminan (v. 27). Sólo caminando con Jesús podremos entender, o comenzar a entender el sentido de nuestro camino.
Si Jesús hoy nos hiciera la misma pregunta "¿quién dicen Ustedes que soy yo?" (v. 27), seguramente le responderíamos con las mismas palabras de Pedro: "Tú eres el Cristo" (v. 29). Esta es la mejor respuesta, es la respuesta correcta; sin embargo, según la escena que nos presenta aquel diálogo realizado en el camino, vale la pena seguir preguntando, pero ¿qué entendemos por Mesías? ¿Qué camino nos muestra este Mesías? ¿Que estilo de mesías?
Seguramente no se trata de un mesías con carácter triunfalista; tampoco un mesías que reniega del camino del sufrimiento. No es un mesías fácil de entender.
La propuesta de Jesús: el camino de seguimiento implica cruz, negación a sí mismo, estar dispuesto a sacrificarse por la Buena Nueva. Todo con el objetivo de encontrar la vida, la salvación y la plenitud.
Nuestra comprensión sobre el Mesías debe ser continuamente purificada. Aceptar al Mesías implica estar dispuestos a caminar con él, hasta las últimas consecuencias, entrando totalmente en la nueva propuesta de Jesús.
Monseñor Romero, el 16 de septiembre de 1979 comentaba este texto con estas palabras: "El mesianismo sin cruz está muy de moda entre nosotros. Mesianismos sin compromisos, mesianismos facilones, mesianismos que, aun a los que están trabajando, quieren hacerlos retroceder. ¡Déjenlos!. Si ustedes son cobardes, dejen a los valientes que sigan adelante. Y que éstos, que han comprendido el verdadero mesianismo, nos conviertan a nosotros los cobardes y nos den la verdadera clave que Cristo va a dar al final cuando trate de sus seguidores. Pero mirémoslo a Él que no es que aconseja y se queda atrincherado, sino que va adelante: "¡Sígame y tome su cruz!".
Jesús va adelante, mostrándonos el camino.
¿Estamos dispuestos a seguirlo realmente?
¿Estamos dispuestos a re-aprender del Mesías?
¡Ánimo!