XV Domingo del Tiempo Ordinario

06.08.2016 15:41

 

 

(Biblia de Nuestro Pueblo)

 

 

25 En esto un doctor de la ley se levantó y, para ponerlo a prueba, le preguntó:

—Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?

26 Jesús le contestó:

—¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué es lo que lees?

27 Respondió:

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma,
con todas tus fuerzas, con toda tu mente,
y

al prójimo como a ti mismo.

 

28 Entonces le dijo:

—Has respondido correctamente: obra así y vivirás.

29 Él, queriendo justificarse, preguntó a Jesús:

—¿Y quién es mi prójimo?
30 Jesús le contestó:
—Un hombre bajaba de Jerusalén a Je
ricó. Tropezó con unos asaltantes que lo desnudaron, lo hirieron y se fueron dejándolo medio muerto. 31 Coincidió que bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verlo, pasó de largo. 32 Lo mismo un levita, llegó al lugar, lo vio y pasó de largo. 33 Un samaritano que iba de camino llegó adonde estaba, lo vio y se compadeció. 34 Le echó aceite y vino en las heridas y se las vendó. Después, montándolo en su cabalgadura, lo condujo a una posada y lo cuidó. 35 Al día siguiente sacó dos monedas, se las dio al dueño de la posada y le encargó: Cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a la vuelta.

36 ¿Quién de los tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los asaltantes?

37 Contestó:
—El que lo trató con misericordia. Y Jesús le dijo:
—Ve y haz tú lo mismo.


 

Lc 10,25-37

Practicar la misericordia

 

La parábola del "buen samaritano" nos ayuda a ver la vida cristiana como una obra de amor: como don aceptado y recibido y como compromiso.

- El amor es un don de Dios. La vida eterna se recibe como don, como regalo.

- El amor recibido nos mueve a vivir el amor hacia los hermanos.

- El amor es cuestión de práctica de la misericordia.

- La misericordia se vive en modo concreto, con obras reales, cercanas y permanentes.

- El amor se vive donando tiempo, energías, dedicación, atenciones... vida. Superando prejuicios, límites culturales o raziales; superando también ideologías de todo tipo.

- La invitación de Jesús es "¡haz tu lo mismo!". En esa frase se resume todo el estilo de vida del Mestro, que invita a vivir siempre dando vida a los otros.

Nuestra pregunta:

¿Estamos dispuestos nosotros a hacer lo mismo?