VIII Domingo Tiempo Ordinario
Mt 6,24-34
LA PROVIDENCIA DE DIOS NOS DA PAZ
Muchas veces nosotros acudimos a Dios pidiendo su providencia; cada día que rezamos el Padrenuestro pedimos al Señor que nos dé el pan de cada día. Y nuestro Padre nos da el pan de cada día, en cuanto que él se nos da como "pan" necesario y suficiente. Su presencia es nuestro alimento. Nuestro Dios es un Padre con corazón de madre que no ignora las necesidades de sus hijos y se encarga de hacer concreto ese pan en nuestro camino.
El interés que Dios tiene por nosotros debe ser correspondido por nuestro interés por su Reino. Dios debe estar primero en nuestros proyectos de vida personales y comunitarios. Bien lo dice el v. 33: " Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y lo demás lo recibirán por añadidura". En esta exhortación encontramos una llamada fuerte a poner también de nuestra parte. Dicho de otra manera. Nosotros pongamos de nuestra parte todo lo que nos toca, y luego el Señor se encargará de mostrarnos su providencia, haciendo fructificar todos nuestros esfuerzos.
El evangelio de este domingo por tanto es una atenta invitación a poner la mirada en la Providencia divina y en asumir nuestro compromiso por un mundo más justo en el que se refleje el reinado de Dios. Vale la pena repetir: Dios debe estar siempre en primer lugar.
Al final podemos afirmar con toda connfianza: La Providencia de Dios nos da paz. Por eso Jesús insiste a no debemos dejarnos agobiar por el afán de dinero. Mientras más libres somos del dinero más libres para servir al verdadero Señor.
¡Ánimo!