VII Domingo del Tiempo Ordinario

22.02.2019 22:50

Lc 6,27-38

AMAR GRUATUITAMENTE

Seguimos profundizando el programa de vida que Jesús presenta para sus discípulos. Veamos algunos elmentos nuevos y siempre fuertes que deben estar presentes en la identidad de los seguidores del Maestro:

1. Amar a nuestros enemigos, haciendo el bien incluso a los que nos odian (v. 27). Esta es una expresión totalmente nueva respecto a las leyes antiguas. En el Antiguo Testamento de modo tímido se dice: "si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber" (Prov 25,21); o también se habla de hacer el bien sólo a los buenos (Eclo 12,1-7). La novedad de la propuesta de Jesús es tan fuerte que habla de amor al enemigo, como una cosa que queda como propuesta definitiva para los seguidores de este nuevo camino de vida. Por eso en las comunidades cristianas se plantaeron modos de hacer vida esta propuesta, por ejemplo: responder a los insultos con bendiciones (1Cor 4,12); bendecir a los perseguidores, sin devolver mal por mal (Rm 12,14.17.20); procurar el bien mutuo y de todos (1Ts 5,15). Por tanto, la comunidad cristiana, a la luz de la palabra y del ejemplod e vida de Jesús, tiene una propuesta nueva para mundo: siempre amar a todos sin excepción.

2. Amar sin esperar nada a cambio (v. 35). Esto significa con gratuidad. Se trata del amor agape, que permite buscar siempre el bien del otro. El amor gratuito no tiene precio, no se vende ni se compra. Es gratis! Precisamente el valor de este amor está en la gratuidad, no es cuestión de merecer o no merecer. Sólo es cuestión de construir algo siempre nuevo desde la gratuidad. Jesús nos ha enseñado a vivir el amor gratuito: nos ha amado primero (1Jn 4,12); nos ha amado donándonos a su Hijo Jesucristo (Jn 3,16; 1Jn 4,9-10); y somos invitados trasmitir este amor como hijos de Dios (Lc 6,35).

3. El amor tiene destinatarios bien concretos: el hermano, el prójimo, el amigo, el enemigo, el agradable, el desagradable, el jefe, el pariente, el compañero de trabajo, el compañero de escuela, el vecino, el empleado, el adversario político, el de otra religión, el que me ha ofendido, el que me encuentro todos los días...

 

Preguntémonos:

¿En qué situaciones concretas podemos poner de manifiesto este amor concreto?

¿Estamos dispuestos a poner un sabor diferente a la vida a partir de este mensaje de Jesús?

Animo!