VI Domingo del Tiempo Ordinario
Lc 6,17.20-26
BIENAVENTURADOS LOS POBRES
Estamos en el sexto domingo del Tiempo Ordinario. Recordemos que estamos haciendo un camino de crecimiento y maduración en la fe, escuchando y siguiendo al Maestro Jesús. Desde que Jesús comenzó su predicación en Nazaret (Cuarto Domingo: Lc 4,21-30) y la llamada de los primeros discípulos (Quinto Domingo: Lc 5,1-11) una cosa debe estar clara: el Señor sigue llamando a cada uno por nombre (Cfr. Lc 6,13-16). También la llamada se sigue extendiendo a las muchedumbres de nuestro tiempo (Lc 6,17).
El evangelio de este domingo nos presenta en primer lugar un contexto abierto: Jesús abre su discurso a un gran número de discípulos, gente de todas partes, incluso "extranjeros". El evangelista habla de una gran muchedumbre que llegaban por dos motivos: querían escuchar y ser curados de sus enfermedades (Lc 6,18). Son personas que ya han hecho una elección, han dejado todo para seguir al Maestro.
El discurso inaugural va dirigido a los discípulos (v. 20). Es un programa de vida, presentado con una dialéctica necesaria para entender las opciones de vida que pueden y deben definir nuestro seguimiento. El contraste es claro entre las bienaventuranzas y los "ayes". Esta forma de hablar que tiene Jesús debe motivarnos a descubrir y aceptar cuáles son sus prioridades, para hacerlas nuestras prioridades. Y seguir haciendo nuestra elección.
El lenguaje tiene una fuerte contenido profético: un anuncio y una denuncia. Para los pobres, los que tienen hambre, los que lloran o los que son odiados por causa del Hijo del hombre, para ellos existe un anuncio de vida representado en el Reino de Dios. En cambio, para los ricos, los hartos, los que ríen y los falsos profetas con fama de buenos, para ellos la recompensa es muy diversa: un consuelo efímero, que después termina en hambre y llanto.
Concentrémos en los pobres. ¿Quiénes son los pobres? Son los discípulos, es decir, los que han hecho la elección, son los que ya están allí frente a Jesús. Para entender mejor podríamos hacer referencia a las enseñanzas del Documento de Medellín: pobres son los que carecen de los bienes de este mundo, fruto de la injusticia y del pecado de los hombres, esto es un mal; pobres son los que viven la pobreza espiritual, es decir los que se abren al mensaje de Dios con apertura y disponibilidad; Los pobres que viven la pobreza como compromiso, voluntariamente y por amor asumen la libertad espiritual frente a los bienes y luego trabajan por la justicia (Cfr. Documento Medellin, La Pobreza de la Iglesia, 4). Estas explicaciones nos mueven a reflexionar si estamos en camino.
El programa de vida de Jesús presentará más sorpresas... Los próximos domingos seguiremos descubriendo la propuesta del Señor.
Para nosotros que escuchamos hoy la Palabra del Maestro Jesús, algunas preguntas que pueden ayudarnos a meternos más en camino:
¿Que elección he hecho ya en mi vida?
¿Me atrae y me inspira el mensaje de Jesús?
¿Estoy dispuesto a aceptar su programa de vida?
¿Qué sentimientos despierta en mi la propuesta de vida de Jesús?
¿Qué bienaventuranza me inspira más?
¡ANIMO!