VI Domingo de Pascua
Jn 14,15-21
LA PROMESA DEL PARACLITO
En los versículos que leemos este domingo, Jesús nos hace varias promesas importantes y fundamentales, que fortalecen nuestro caminar cristiano:
- Su Padre nos dará otro Paráclito: es decir otro defensor.
- El Paráclito estará con nosotros para siempre.
- No estaremos huérfanos. Reconoceremos a nuestro Padre!
- Nosostros sí lo veremos cuando vuelva.
- Nosotros comprenderemos.
- Seremos amados por el Padre, si amamos a Jesús.
- Seremos amados por el mismo Jesús.
- Jesús se nos manifestará.
Todas estas expresiones fueron dichas en un contexto eucarístico y nos hablan de un Jesús que se preocupa por nosotros, que tiene un amor grande por nosotros y no quiere dejarnos solos, ni dejarnos sin su amor. Por eso promete el Espíritu Santo para que nos dé fortaleza en el camino.
Sobre todo en estos días necesitamos mucho ánimo para no desmayar en el camino. En estos momentos que nuestro país se ve bañado de sangre ncesitamos una luz que nos dé esperanza.
Los momentos de desesperanza encuentran una luz nueva sólo en la experiencia de apertura a la gracia que viene de Cristo. Por eso caminamos en esperanza, asociados al misterio pascual, configurados con Cristo, porque sólo Cristo da sentido a la vida del hombre (GS 22).
La vida de todo ser humano recibe fortaleza sólo del Espíritu del Señor Resucitado, por eso debemos poner la mirada siempre en Aquel que es el dador del Espíritu: el Señor Jesús, vencedor de la muerte.
Quizá la obra más importante de la presencia del Espíritu en nosotros es hacernos reconocer que Dios es Padre, y nosotros somos sus hijos. Es es lo más importante que podemos reconocer (Cfr. Rm 8,15-17; Gal 4,6-7)
¡Ánimo!