V Domingo de Cuaresma
Jn 11,1-45
LA RESURRECCION Y LA VIDA
La escena evangélica que se nos presenta en este domingo es altamente esperanzadora. Evoca la vida plena que podemos tener si estamos unidos a Cristo, porque él es la resurrección y la vida.
El grito de Jesús sigue dando ánimo a todos: "¡Lázaro, sal de ahí!" (v.43). Es un grito que nos interpela a cada uno de nosotros para que descubramos que la vida plena y verdadera nos la conceda la Palabra de Vida de Jesús. Es palabra despierta nuestra fe y esa fe es la que nos da vida.
No todos los personajes de la escena logran descubrir el significado esencial del signo que realiza Jesús devolviéndole la vida a su amigo Lázaro. Sin embargo, al final del evangelio se dice: "Muchos judíos que habían ido a visitar a María y vieron lo que hizo creyeron en él" (v.45).
Los signos están ahí para que despierten nuestra fe.
Necesitamos estar despiertos, atentos, vivos, para ver los signos y creer... y ayudar a creer a otros.
¡Dejémonos transformar por esos signos!
¡Ánimo!