Un Recuerdo del Diaconado

17.09.2021 16:40

9 DE SEPTIEMBRE 2000

 

Desde el día que me consagré como diácono, el 9 de septiembre de 2000, todo cambió en mi vida. Tenía 25 años de edad. La celebración fue en Catedral de Zacatecoluca. Desde ese día me convertí en clérigo, consagrado al Señor y su Iglesia, servidor del Reino en modo definitivo, hombre de Iglesia, servidor de la humanidad desde una vida consagrada. Ese día fue un momento de respuesta definitiva, la cual se ha ido clarificando con el paso del tiempo.

Esta identidad nueva me ha dado la posibilidad de seguir creciendo en ciertas ideas, que me gustaría señar brevemente:

- Servicio: Nunca se deja de ser diácono, siempre somos servidores. Los ambientes y contextos pueden ser diferentes, las personas con las que trabajamos pueden ser distintas, las tareas encomendadas pueden ser a veces más o menos exigentes, pero lo sí es cierto es que siempre estamos llamados a manifestar la identidad de "servidores".

- Seguimiento: en el camino de la vida también se aclara la identidad de "seguidor", es decir discípulo. Siempre estamos en aprendizaje, enfrentando nuevos retos y respondiendo a esos retos. Todo el camino de la vida es un continuo aprendizaje y profundización de lo que significa servir.

- Sentido de búsqueda: es esa inquietud de querer entender cada vez mejor hasta dónde nos llevará la gracia de Dios. Por eso es importante el sentido de escucha, discernimiento y formación permanente. En todo este dinamismo reconozco que es muy necesaria la apertura a la novedad que el Señor nos va presentando.

- Sentido de comunidad: aprender a descubrir que el camino no lo hacemos solos, somos parte de una gran comunidad que necesita crecer en ese sentido pueblo. Por eso el lenguaje de esta pequeña reflexión ha sido en plural... porque me siento parte de una gran comunidad, dirigido hacia la comunidad, representante de la comunidad y servidor de la comunidad.

La llamada permanente es seguir lavando los pies a los hermanos, al mundo, en la historia, al pueblo... 

Pido sus oraciones para sigamos juntos este camino de servicio,

Rafael.