SER FORMADORES
15.04.2014 11:52
SER FORMADORES
San José fue el formador de Jesús, ya que su tarea fue ayudarle a crecer en sabiduría, estatura y gracia ante Dios y ante los hombres (Lc 2,52). La figura de José nos inspira a pensar en la tarea que tenemos de ser formadores de otras personas. Esta tarea está basada en la certeza de que somos miembros de un cuerpo y toda acción tiene un efecto sobre todo el cuerpo.
La experiencia de ser formador creo que todos la hemos experimentado en la vida. De alguna manera todos nos hemos visto involucrados en el proceso de crecimientos de otras personas, con nuestras palabras palabras de aliento, actitudes positivas, gestos de apoyo, signos de cariño, expresiones de ternura... todo esto con un propósito bien preciso: ayudar a crecer a otros.
San Pablo nos dice en la carta a los Romanos: "Procuremos, por tanto, lo que fomente la paz y la mutua edificación" (14,19). Esta mutua edificación debe hacerse basados en el amor (Ef 4,16). Esta eficación tiene un objetivo epecial: edificar el cuerpo de Cristo (Ef 4,12), "hasta que llegemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo" (Ef 4,13).
Basados en estos pensamiento podemos sacar conclusiones para nuestro trabajo pastoral:
1. Como parroquia debemos ayudarnos a crecer en la fe.
2. Siendo familia parroquial debemos apoyarnos en el camino hasta llegar a la madurez.
3. Ya que toda acción tiene un efecto sobre la parroquia, procuremos hacer cada vez obras positivas que ayuden a edificar, no a destruir.
¡Ánimo!