Santos Pedro y Pablo, Apóstoles

28.06.2014 20:56

Pedro, identidad y misión

Pedro:

El nombre es un símbolo para sí mismo y para la Iglesia. Pedro significa: piedra, solidez como la piedra. La Iglesia está invitada a ser firme, a la luz de la llamada que le ha hecho el Señor; y también según la promesa: “el imperio de la muerte no la vencerá” (Mt 16,18).

Pedro es fundamento visible de la construcción nueva que el Señor ha querido comenzar.

Vocación:

Simón fue llamado por Jesús mientras trabajaba de pescador. La llamada le transformó la vida para siempre. Desde aquel encuentro Simón ya no sería el mismo, hasta que se llegó a constituir en la piedra donde Jesús quiso edificar su Iglesia. El Pedro que nosotros celebramos y admiramos no se inventó de la noche a la mañana, sino que es fruto de una conversión profunda a partir de la llamada de Jesús. El Hijo de Dios es quien ha dado inicio a todo.

Identidad: discípulo-apóstol

- Pedro adquiere su identidad al confirmar su fe en la divinidad de Jesús. Esa proclamación de Pedro ha sido el fruto de un discipulado vivido con intensidad. Ante todo Pedro es discípulo que ha sabido escuchar con atención y por eso es capaz de llegar a una afirmación tan profunda: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16,16). Cuando alguien confirma su fe de esta manera lo hace porque se reconoce como seguidor de Jesucristo.

- Jesús nos pregunta también a nosotros directamente: ¿ustedes quien dicen que soy yo? (v. 15). Nuestra respuesta dependerá del grado de discipulado que estemos viviendo.

- La otra identidad es la dimensión apostólica, es decir la misión que le toca cumplir.

Misión:

- A Pedro le corresponde ser fundamento de la Iglesia: servir como fundamento visible de la unidad de la Iglesia. El Papa es el que preside en la caridad (Sn Ignacio de Antioquía). Su tarea es ayudar a mantener unido todo el cuerpo. Para cumplir esta tarea es necesario que el apóstol viva intensamente su identidad y ayudar a que todos los demás sean piedras vivas en la construcción, así lo dice 1Pe 2,5: “también ustedes, como piedras vivas, participan en la construcción de un templo espiritual y forman un sacerdocio santo, que ofrece sacrificios espirituales, aceptables a Dios por medio de Jesucristo”.

- Jesús le da las llaves: en el símbolo de las llaves está representada la autoridad. Jesús da las llaves porque tiene confianza en él. Le da la autoridad correspondiente para que cumpla mejor su ministerio al frente de la Iglesia.

- Confirmar a los hermanos: una misión que nace de un amor intenso y generoso. Jesús le pide a Pedro que le confirme su amor, Pedro responde que sí. Por eso Jesús le dice: Apacienta mis corderos (Jn 21,15); apacienta mis ovejas (Jn 21, 16); apacienta mis ovejas (Jn 21,17).

- Dar testimonio: los primeros capítulos del libro de los Hecho de los Apóstoles nos narran las vivencias de los Apóstoles, principalmente Pedro y Pablo. De Pedro se dice que proclamaba con valentía las maravillas de Dios (Hch 2,14ss).

- El último testimonio fue su muerte martirial: muere defendiendo la fe, en tiempos del emperador Nerón. De esta manera se unió de modo perfecto a su Maestro.

 

Conclusión:

Nosotros también somos llamados a ser discípulos y misioneros, ser piedras vivas en la construcción, a proclamar las obras de Dios y seguir dando testimonio valiente de nuestra fe.

Oremos por el Papa, en modo particular, para que siga cumpliendo su ministerio según los caminos del evangelio.