RESUMEN DE LA PRIMERA SEMANA DE PASTORAL DIOCESANA
Reflexiones sobre la Semana de Pastoral
24 de febrero – 01 de marzo/ 2015.
El primer día (martes 24):
Con muchas expectativas, también quizá con dudas, pero sobre todo con amor a la Iglesia, poco a poco íbamos acercándonos el día martes, para participar de la primera semana de reflexión pastoral.
En los 27 años de camino que lleva nuestra Diócesis nunca habíamos manejado este lenguaje. Llevamos casi quince años trabajando basados en un plan pastoral, desde marzo del 2003. Pero los nuevos lenguajes que ahora estamos aprendiendo y que queremos asumir nos están impulsando a no ser ni conformistas, ni pasivos, ni mucho menos derrotistas. Nuestra Diócesis ahora es una jovencita de 27 años que quiere afianzar mejor sus opciones de vida.
La oración y la entronización de la Palabra de Dios fue un momento simbólico para motivar orientar la jornada.
La exposición del P. Luis nos ayudó a entender de dónde venimos. Hemos conocido algunas etapas importantes de nuestro crecimiento; también hemos logrado entrever que los avances o estancamientos han sido gracias a las personas que formamos partes de esta Iglesia Particular, en la cual hacemos experiencia de fe.
En los trabajos de grupo que se propusieron logramos dialogar sobre luces y sombras del pasado. Las luces pastorales han sido tan variadas, por ejemplo: los planes pastorales de los últimos años; el crecimiento del clero; el surgimiento de nuevas parroquias; la participación cada vez más comprometida de los laicos; la formación de los laicos; el esfuerzo de caminar con sentido de proceso; el fortalecimiento de la consciencia misionera y tantos otros.
También las sombras han sido variadas: la falta de participación de algunas parroquias en los procesos pastorales que se han impulsado; ha faltado interés para empujar más algunas áreas de trabajo, como la pastoral social; parece que la integración de una pastoral de conjunto no ha tenido los frutos suficientes; podemos mencionar también el poco acompañamiento de parte del clero a los procesos y la falta de obediencia de algunos laicos.
Sin temor a equivocarnos debemos reconocer que la mejor proyección de este ejercicio de reflexión debería ser mantenernos siempre en perspectiva de conversión pastoral. Necesitamos una mirada de fondo, una mirada más atenta, con sentido de responsabilidad y con actitud proactiva. Dios ha puesto en nuestras manos un tesoro que no podemos ni debemos descuidar.
El segundo día (miércoles 25):
El día miércoles comenzamos los trabajos de la jornada con la oración y la entronización de la luz.
La jornada fue dedicada a estudiar el presente de nuestra Diócesis. Un dato interesante fue la presencia de más hermanos de las distintas parroquias, esto fue motivo de alegría y esperanza para todos..
La ponencia desarrollada por el P. Felipe nos ayudó a descubrir retos y desafíos en el momento actual. Y luego se hicieron los diálogo por grupos para profundizar sobre la densidad del presente. Las respuestas fueron variadas.
Entre los elementos que se puntualizaron con carácter de luces pastorales mencionamos: la evangelización asumida como un proceso permanente, enriquecido por la catequesis; aunque los avances se dan a paso lento. Se han visto avances en la formación de sacerdotes y laicos, específicamente con diplomados, talleres, diversas escuelas y con encuentros formativos; se nota madurez litúrgica.
Otros progresos pastorales a la luz del plan pastoral son:
- Un buen nivel de estructura, sobre todo con las vicarias, sin embargo es de reconocer que se debe potenciar la comunicación y el seguimiento de los compromisos en cada una de las comisiones.
- La fraternidad sacerdotal ha crecido mucho; se nota solidaridad, pero en este punto también tenemos que seguir motivando a los compañeros que no logran integrarse.
Como elementos desafiantes se pueden mencionar: Un reduccionismo sacramental, no hay claridad en los liderazgos, tampoco se percibe suficiente claridad en los métodos de trabajo; falta mayor comunicación entre los responsables; ciertos signos de discontinuidad en los trabajos, lo cual se traduce en estancamiento; y quizá los elementos más desafiantes son el desconocimiento del plan en una buena parte de los fieles y la falta de interés.
Por eso algunas sugerencias que han quedado resonando en el ambiente para un posible seguimiento de nuestros trabajos pastorales:
a) La continuidad cuando se den los cambios de parroquia;
b) Explicar mejor los conceptos con los cuales se está trabajando en el plan pastoral.
c) Enfocarse en la ministerialidad, como un criterio con el cual se debe medir nuestra vida cristiana.
d) Trabajo de equipo: vale la pena afianzar la sintonía, la armonía, la articulación.
e) Motivar a todos, es decir que debemos edificarnos mutuamente.
f) Oración por la pastoral; recordando que si el Señor no construye la casa en vano se cansan los albañiles.
El tercer día (jueves 26):
Fue dedicado a la oración por la pastoral diocesana. Muchas parroquias hicieron exposición del Santísimo todo el día.
El cuarto día (viernes 27):
El día viernes los trabajos continuaron con muchas expectativas, ya que se debía enfrentar el tema de las proyecciones que se deberían asumir en el futuro inmediato. En esta ocasión debía sonar la voz del Obispo, expresando sus aspiraciones, deseos y convicciones.
Después de la reflexión del obispo se desarrollaron los grupos de reflexión, en los cuales los sacerdotes junto con sus laicos hicieron propuestas para mejorar en nuestra práctica pastoral. Las sugerencias se enfocaron en temas muy variados, expresando mucho interés en los nuevos caminos que deberíamos asumir. Este es un punto que deberíamos destacar: muchos laicos tienen la mirada puesta en las decisiones que el obispo y los sacerdotes vamos tomando en cuanto a trabajo pastoral se refiere.
El camino que propuso el Señor Obispo para esta Iglesia particular fue retomado de las sugerencias que da el Concilio Vaticano II y también el Papa Francisco en EG; el programa de trabajo se puede resumir en los siguientes puntos: La comunión, trabajando por una decidida la pastoral de conjunto; fortalecimiento de la fraternidad sacerdotal y fraternidad laical; eclesialidad: valorar la parroquia como centro de comunión; Formación en todos los nivel y de modo progresivo; la Nueva Evangelización y el espíritu misionero, como dos elementos fuertes para mostrar una Iglesia siempre en salida; seguir potenciando la participación de los laicos; y el compromiso social de la evangelización, sin el cual no se hace visible el compromiso del amor.
Todos estos puntos que se han señalado fueron al final resumidos en 20 conclusiones dadas por nuestro pastor diocesano.
La jornada terminó con un sabor de esperanza, con el deseo de alzar vuelo, de poner cada uno nuestro ladillo en esta gran construcción pastoral, con el deseo de mantener firme el camino del Reino.
Sin duda esta primera Semana de reflexión pastoral marcará un nuevo ritmo a nuestro trabajo diocesano. Y es que la Iglesia cuando se mira a sí misma y descubre sus sombras y sus luces, no puede quedarse quieta, con miradas limitadas o corazones apocados, no puede caer en conformismos. Estos días hemos reflexionado mucho sobre el quehacer de la Iglesia. Nos queda el reto más grande: reflexionar sobre el ser de nuestra Iglesia (quizá para la próxima semana pastoral). Hagamos que esta jovencita de 27 años siga madurando, no le trunquemos su futuro. Recordemos que la luz del Señor Jesucristo nunca nos abandona, él es el mismo ayer, hoy y para siempre. Amén.