Quinto Domingo del Tiempo Ordinario
Mc 1,29-39
JESUS SE ACERCA, LA TOMA DE LA MANO, LA LEVANTA...
Las escenas evangélica que se nos presentan este domingo están llenas de detalles geográficos, humanos y espirituales.
La primera escena sucede en Cafarnaum, en la casa de Simón y Andrés, con la presencia de la familia y también con la presencia de muchos enfermos. Jesús sana las enfermedades del pueblo, les da consuelo, les muestra un corazón solidario. La presencia de Jesús transforma las limitaciones humanas. El modelo de curación se presenta con la suegra de Simón, a quién Jesús se acerca, la toma de la mano y la levanta... La suegra de Simón, una vez, curada se pone al servicio de todos; esta es una muestra de la respuesta humana al proyecto de Dios. Servir es la respuesta espontánea a la obra que Dios hace por nosotros.
La segunda escena se lleva a cabo en un lugar tranquilo, despoblado, en soledad, en oración. Jesús también busca espacios para el encuentro íntimo con su Padre. En esa comunicación profunda con el Padre encuentra Jesús la fuerza para seguir predicando la Buena Noticia del Reino.
También nosotros necesitamos espacios para estar a solas con el Señor. Esos espacios, con tiempo suficiente y de calidad, son necesarios para reencontrarnos y redescubrir nuestra identidad y misión en la presencia del Señor.
Dos preguntas entonces:
¿Cuál es nuestra respuesta a la obra que Dios ha hecho por nosotros?
¿Cuánto tiempo dedicamos para el encuentro solitario y profundo con Dios?
¡Ánimo!