Jesús nos pide amar al prójimo, como una expresión del amor a Dios. Esto tiene implicaciones prácticas muy importantes. Me gustaría proponerles algunas indicaciones que nos hagan pensar en ese amor al prójimo vivido concretamente y con intensidad, como un camino de crecimiento personal y comunitario.

 

El amor al prójimo tiene un ingrediente esencial: se ama al otro por que tiene la misma dignidad que yo, porque somos iguales ante los ojos de Dios. Somos distintos por nuestra personalidad y capacidades, pero somos iguales por la dignidad y el amor que Dios nos tiene. Por eso amar al prójimo es la expresión de un estilo de vida que implica reconocer en el otro una persona digna. A ese estilo lo podemos llamar "projimidad".

 

Y ese amor dirigido a cada uno y a todos en algunos momentos nos pide ciertas prefencias: la opción por los menos favorecidos, la opción por aquellos que más marginados y excluidos, en este sentido nuestro amor de projimidad tiene la densidad del espíritu cristiano. Y por eso nos hace crecer. Estamos en camino de crecimiento cristiano y el amor al prójimo es un buen indicador sobre el camino que estamos haciendo.

 

En modo práctico podemos decir que el amor al prójimo nos pide:

- Que seamos serviciales con todos.

- Que busquemos el bien de los demás.

- Que aprendamos a reconocer la importancia de cada uno.

- Que nos esforcemos por estar en paz con todos.

 

Sigmos en este camino tan exigente, pero también tan edificante.

 

Un abrazo,

 

 

P. Rafael