PROACTIVOS O REACTIVOS

06.08.2021 23:39

PROACTIVOS O REACTIVOS

(Parte I)
Comencemos nuestra pequeña reflexión de esta semana aclarando estos dos conceptos.
 
Según el diccionario proactivo es: la persona que tiene iniciativa y capacidad para anticiparse a problemas o necesidades futuras.
Se trata de una habilidad que permite ver todos los elementos posibles de una situación o un problema, para comenzar a visualizar las soluciones, pero con estrategia (https://rockcontent.com/es/blog/ser-proactivo/). En ese sentido, se comienza a resolver el problema con una visión más amplia, completa, procesual y holística.
 
Una persona proactiva se anticipa, actúa rápidamente para evitar complicaciones mayores. Seguramente estaremos de acuerdo en decir que "es mejor prevenir que lamentar". Es decir, es mejor resolver los problemas cuando todavía son manejables, antes que se vuelvan más complejos. Y también es mejor resolver las situaciones paso a paso, siguiendo un proceso.
 
La persona proactiva no queda quejándose de las dificultades, sino que las enfrenta y visualiza todos los pasos para resolver, mejor aún si se hace anticipadamente y luego actúa consecuentemente.
 
Las actitudes de una pesona proactiva se pueden explicar así: es capaz de auto-liderarse; evita reaccionar sin control ante lo inesperado; asume la  co-responsabilidad de su conducta para decidir cómo quiere actuar; tiene siempre en cuenta sus objetivos para generar nuevas oportunidades.
 
Sería bueno pensar cómo aplicar estas actitudes en cada situación de nuestra vida.
 
Veamos esta imagen:
 
 
Por otra parte, según el diccionario, reactivo es un adjetivo que se aplica a algo que produce reacción. La reacción, según sus raíces desde el latín se puede explicar así: Deriva, en concreto, de la palabra “reactivus”, que se encuentra conformada por tres partes diferenciadas:
-el prefijo “re-”, que puede traducirse como “hacia atrás”.
-El sustantivo “actum”, que significa “acción” y que, a su vez, emana del verbo “agere”, que es sinónimo de “hacer”.
-El sufijo “-tivo”, que se emplea para indicar lo que es una relación pasiva o activa. (https://definicion.de/reactivo/).
 
Reaccionar, entonces, puede decirse que es responder inmediatamente (no anticipadamente) ante cualquier situación o dificultad. Es responder a un estímulo de modo más espontáneo e in mediato. Esto puede tener sus desventajas, que se expresan en estas características:
Una persona reactiva se desborda emocionalmente ante las situaciones que son difíciles; pierde mucha energía juzgando y criticando a los demás; percibe los cambios como amenazas y, por tanto, acaban saboteándolos; tiende a quejarse verbalmetne, pero no ejecuta ninguna acción al respecto; están tan metida en sus preocupaciones que no busca posibles soluciones; tiende a ser pesimista; le falta iniciativa... (https://www.foxize.com/blog/persona-reactiva-proactiva/).
Ahora que hemos visto brevemente la diferencia entre ser proactivo o reactivo sería bueno repensar cuál es el estilo que queremos seguir.
Para responder a la pregunta implícita debemos aclarar un poco mejor: nuestros planes de vida, objetivos, experiencias pasadas, experiencias de otros, aprender a leer  mejor el contexto donde vivimos, aprender a escuchar la voluntad de Dios...
 
Jesús nos enseña muchas veces sus atitudes proactivas: cuando sana los enfermos, cuando llama  a sus discípulos, cuando da de comer a mucha gente, cuando acompaña el camino de los que no entienden, cuando envía a la misión.
 
Aprendamos del estilo de Jesús y apliquemos en nuestra vida personal, en la familia y en la experiencia como comunidad de fe.
Sería bueno considerar nuestro seguimiento de Jesús en clave proactiva.
 
 
Animo,
P. Rafael
 
 
 
 
(Parte II)
La semana pasada hicimos una pregunta implícita: ¿cómo aplicar la actitud proactiva en  nuestra vida? Intentemos dar algunas respuestas, para concretizar mejor el modo de cultivar una mente más responsable, que se orienta bien en el camino.
 
Además, hicimos referencia que para seguir al Maestro, necesitamos ser proactivos, es decir, saber proyectarnos a la luz de la Palabra de Aquel que da sentido a nuestro caminar.
 
Propongo que pongamos en práctica estos ejercicios:
 
1. Un modo claro para ser proactivos es hacer un plan de vida personal: que incluya objetivos, metas y los pasos a seguir. Esto implica que podemos organizar mejor nuestro tiempo, los recursos, las energías y enfocarlas en lo que realmente nos proponemos en la vida.
 
2. El plan de vida debe ser evaluado y replanteado constantemente: es necesario revisar con frecuencias si se está en el rumbo correcto y así descubrir si los pasos dados nos están haciendo crecer. Este ejercicio requiere una mirada honesta con el pasado y muy valiente para hacer los cambios en el momento justo.
 
3. El plan de vida debe ser socializado con alguien de confianza: este ejercicio ayuda mucho para encontrar sugerencias valiosas que pueden hacernos otros hermanos, porque la vida no la recorremos solos. Tener a alguien con quien compartir nuestras aspiraciones es muy saludables: puede ser un amigo, un director espiritual, un consejero...
 
4. El plan de vida debe ser actualizado cada cierto tiempo: en necesario que el plan presente etapas perentorias, porque eso da la sensación de concluir una etapa y comenzar otras, todo eso después de haber ganado una experiencias. Se puede decir que eso permite que se haga notar la madurez acumulada, que será siempre fuerza para seguir el camino.
 
¡Esforcémonos por ser proactivos!
Sólo caminando con planes de vida podemos dejar huellas en el camino...
 
¡Animo!
P. Rafael