La realidad que nos rodea presenta diversos rostros. A veces es un rostro más placentero, como un bonito paisaje, un bosque, una puesta de sol, una lago apacible, un río limpio... Pero también, a veces, presenta un rostro más intimidante, como por ejemplo, una tormenta implacable, un huracán destructor, un río desbordado, un viento caluroso... En todos estos casos usamos el concepto "madre naturaleza". Es decir que la naturaleza se nos presenta con distintas tonalidades y rostros. Sin embargo, me parece que si aplicamos el vocablo "madre" es por algunas razones y puede ayudarnos a entender otras cosas importantes. Les propongo que pensemos en esto:

 

1. Es madre porque nos acompaña siempre. Así como es, con sus matices claros y oscuros, con sus gestos que nos acarician o que retan y extremecen, la madre naturaleza está siempre presente. 

 

2. Es madre porque educa. Con todas sus expresiones la madre naturaleza nos estimula para que aprendamos a vivir. Seguramente la mejor manera de aprendizaje es la adaptación. Todos nos adaptamos al ambiente donde nos toca vivir. Además, si la naturaleza nos educa eso implica que nosotros estamos invitados a respetarla.

 

3. Es madre porque nos cuida y quiere que la cuidemos. En la naturaleza encontramos elementos indispesables para vivir: oxígeno, agua, medicinas, nutrición... Y debemos cuirdarla para que nos cuide. Hay cosas que no podemos controlar y, sin embargo, nosotros podemos percibir que la naturaleza se cuida a sí misma.

 

4. Es madre porque inspira para para el aprendizaje más profundo: a los científicos los impulsa a seguir comprendiendo el funcionamiento de las cosas, a los artistas les sigue dando inspiración, a los hombres y mujeres de fe nos sigue dando motivos para elevar la mirada al Cielo.

 

Seguramente hay otros motivos para seguir pensando en la naturaleza como madre. Estos cuatro puntos que hemos señalado ojalá nos ayuden a ubicarnos mejor frente a la madre naturaleza.

 

 

 

P. Rafael