LA PAUSA

 

En la vida siempre estamos en camino, aunque no nos demos cuenta o aunque parece que no avanzamos. Ya sea por el trabajo, el estudio, un proyecto, una misión. En este camino, con todos sus dinamismos, hay momentos de mayor velocidad y también momentos para ir más lento. Lo importante es reconocer que estamos haciendo camino y nuestras pequeñas elecciones (así como las grandes) van dando sentido y nuevos impulsos a nuestra vida.

 

En ese dinamismo vital exiten los momentos de pausa. Son los momentos para respirar profundo, replantear el horizonte, mirar hacia adentro y hacia atras, reprogramar los pasos a seguir, atender situaciones poco evidentes de la vida, retomar fuerzas y, sobre todo, recononcer la luz del Señor que sigue guiando nuestros pasos.

 

Quizá en el año un tiempo de vacaciones o un retiro espirtual pueden ser buenos momentos para la pausa. En el mes, un paseo o un encuentro entre amigos, pueden ser momentos de agradable pausa. En la semana, una buena tarde de lectura puede ser la pausa apropiada y refrescante para el cuerpo y el espíritu. En el día, un buen momento de oración, de todo corazón, puede ser nuesrta pausa-necesaria que nos reanima y que da sabor a todo el camino.

 

Animo.

P. Rafael