III Domingo del Tiempo Ordinario
Lc 1,1-4; 4,14-21
JESÚS ES PLENITUD, LIBERTAD, ALEGRÍA... RESPUESTA
Los evangelios son un testimonio de fe. No son propiamente una biografía. En este sentido, podemos considerar los primeros versículos del evangelio de Lucas como una aclaración de que lo que se nos va a presentar en todo el documento es un testimonio de vida de aquellos que tuvieron el privilegio de compartir la cercanía con Jesús, el Verbo de Dios encarnado. El Dios en la historia.
Juan Pablo II nos aclara: «Los Evangelios no pretenden ser una biografía completa de Jesús según los cánones de la ciencia histórica moderna. Sin embargo, de ellos emerge el rostro del Nazareno con un fundamento histórico seguro, pues los evangelistas se preocuparon de presentarlo recogiendo testimonios fiables y trabajando sobre documentos sometidos al atento discernimiento eclesial» (Novo millennio ineunte, n. 18).
El evangelio que nos ayudará a caminar con Jesús es el evangelio de Lucas. Lo leeremos cada domingo paso a paso. Reflexionar sobre la vida de Cristo, nos permitirá comprender (1,4) mejor el proyecto de salvación revelado por Dios para nosotros. Todo ese proyecto será descubierto en la predicación de Jesús, que se realiza con la fuerza del Espíritu (4,14.18).
La Palabra se ha hecho hombre, ha habitado entre nosotros y nos ha hablado con palabras que reafirman su cercanía. Es un lenguaje comprensible y accesible para nosotros.
La escena que nos presenta Lucas en el capítulo 4,14-2 es un canto de esperanza para el mundo, para cada hombre, porque Jesús se presenta como la permanente Buena Noticia, como el libertador, como aquel que hace visible la gracia de Dios, como el que da respuesta a todas nuestras expectativas.
Con esta presentación que se nos hace de Jesús de su propia persona, ahora nos preguntamos:
¿Vale la pena seguir al Ungido del Señor?
¿Encontramos todas las respuestas en Jesús?
¿Puede Jesús moldear mis opciones de vida?
¿Cuánta alegría me causa el saber que Jesús me habla con lenguaje comprensible?
¡Ánimo!