El Silencio
29.07.2020 11:34
EL SILENCIO
Proponemos una reflexión sobre el silencio desde distintos puntos de vista, con la intención de ver lo positivo, lo negativo, como también el aspecto propositivo o activo.
Ante la Palabra de Dios es necesario el silencio, para saber captar el misterio de la revelación. En este caso el silencio es considerado como condición necesaria para entender, en cuanto que somos destinatarios de un mensaje de vida.
Si nos vemos como protagonistas de la palabra, entonces el silencio puede ser considerado como una pasividad que tiene consecuencias negativas. Una persona que está llamada a transmitir un mensaje, con espíritu profético, no debe quedarse mudo. En este caso el silencio es peligroso, porque transmite un mensaje negativo de pasividad o de bloqueo de un dinamismo de revelación.
Si vemos el silencio como parte de nuestro lenguaje humano, debemos aceptar el silencio siempre habla. Con nuestro silencio siempre transmitimos un mensaje, que puede contruir o destruir... todo depende de nuestra responsabilidad ante la verdad, la cual determina nuestra modo de proponer o disponer del silencio.
Hablando más enconcreo:
Para escuchar a Dios es necesario guardar silencio.
Para hablar de Dios es necesario vencer el silencio.
Para orientar el camino de un pueblo, se necesita escuchar y proclamar.
Para dar sentido al discipulado es necesario contagiar el silencio.
Para vivir el profetismo es necesario no quedarse callados.
Somos hombres de la palabra, pero también del silencio.
El silencio puede ser prudencia o falsa prudencia.
El silencio es expresión de valentía o de cobardía.
El silencio puede ser transparencia o confusión.
Nos edificamos en el silencio, pero también con la palabra.
El silencio puede edificar, pero también confundir.
Es necesario discernir bien cuándo guardar silencio y cuándo proclamar sin miedo.
Nuestro silencio debe ser vivido a la luz de la Palabra, para que tenga sentido.
Animo.
P. Rafael