El "¿Para qué?"
¿PARA QUÉ?
Esta es una pregunta que marca el rumbo de nuestras acciones, de nuestros proyectos a corto y largo plazo, también podemos decirque da rumbo a nuestra vida y al mismo timpo nos da la fuerza para caminar.
Cuando hacemos la pregunta: ¿para qué? estamos poniendo la mirada en la finalidad, expresamos el deseo de un fruto final y manifestamos que todo tiene un sentido.
El "para que" lo encontramos en distintos momentos en la escritura, por ejemplo: en el evangelio de Marcos 3.14 se dice que Jesús escogió a doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar. También Jesús nos pide que seamos luz y sal, que brille nuestra luz para que todos vean nuestras obras y así glorifiquen al Padre (Mt 5,16). En Jn 10,10 Jesús se presenta como buen pastor que ha venido para que tengamos vida. También podemos recordar aquella afirmación que hace Jesús ante Pilato: para esto he nacido para y para esto he vido al mundo, para dar testimonio de la vedad (Jn 18,37). San Pablo, por su parte, nos recuerda que Cristo nos ha liberado para ser libres (Gal 5,1).
Con estos pocos ejemplos ya podemos entender la fuerza que tiene esa pregunta con su respectiva respuesta. Si ponemos más atención a la pregunta nos ponemos en perspectiva de búsqueda. Y si ponemos más atención a la respuesta nos damos cuenta que todo camino lleva hacia un objetivo.
La pregunta "¿para qué?" es muy necesaria para ponerle sabor a nuestra vida...
Por ejempo, ¿para qué rezamos? ¿para qué trabajamos? ¿para qué comemos? ¿para qué creemos? ¿para qué saludamos? ¿para qué viajamos? ¿para qué vamos a misa? ¿para qué evangelizamos? ¿para qué sirve la prueba? ... y la lista puede ser inteminable, en distintos temas y distintos grados de complejidad.
En todo este dinamismo, no perdamos de vista que Cristo es quien da el sabor a cada "para que".
Un abrazo,
Animo,
P. Rafael