Domingo de Ramos
Mc 14,1 — 15,47
La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo
Este año nos toca leer la Pasión de Jesucristo según el Evangelio de Marco. Un evangelio que da detalles interesantes y que son estímulo para nuestro caminar cristiano. Esos detalles se descubren con una lectura atenta del relato teológico que nos presenta el evangelista.
Ante el relato de la pasión del Señor quisiera proponer algunos puntos de reflexión, para reafirmar nuestro seguimiento y dar más fuerza a nuestro empeño de ser testigos en el mundo del Cristo, el Hijo de Dios.
1. Un detalle que sólo el evangelio de Marco le da relieve: el miedo de Jesús ante la muerte. En el Getsemaní Jesús siente pavor y angustia (14.33). Esto nos da consuelo a nosotros. Quiere decir que Jesús ha sido realmente hombre, capaz de sentir miedo. Pero que sabe vencer ese miedo con la oración, vivida como relación confiada con "Abbá, Padre" (14,36)
2. Judas da un beso traicionero mientras le dice "Rabbí" (14,45). El detalle único de Marco es que Jesús no le responde nada a Judas. El silencio de Jesús es signo de doscilidad a los acontecimientos. Luego, podemos agregar parece una gran contradicción que Judas lo llama maestro y, sin embargo, lo traiciona, vendiéndolo por unas cuantas monedas (14,11). La traición ya la había profetizado el Maestro, lo dijo durante la cena (14,18) y también en el monte de los Olivos (14,27). Sin embargo, el Maestro nos ha demostrado su amor fiel incluso teniendo que enfrentar la traición de sus amigos. También Pedro lo negó (14,68.70-71), sólo en este caso hay un signo de arrepentimiento en el llanto (14,72).
3. Jesús se identifica como el Cristo, el Hijo del Bendito (14, 61-62), pero sus contemporáneos y sobre todo las gentes más "religiosas" del pueblo no quisieron reconocer esta presencia. Incluso lo acusan de blasfemo y quieren acabar con él a toda cosa, aunque los testimonios mentirosos son contradictorios (14,59). Más adelante, en el momento de la Muerte, un pagano sí logra reconocer que Jesús es el Hijo de Dios, que dona la vida en la cruz (15,39). Lo que seguramente queda como testimonio es la profunda fidelidad de Jesús.
4. Vale la pena hacer una recuento sobre las distintas reacciones de los involucrados en la Pasión: la traición de Judas, las burlas de los soldados, el desprecio y cerrazón de las autoridades religiosas, la negación de Pedro, la cobardía de Pilato, la ayuda para llevar la cruz por parte del Cirineo, los insultos de los espectadores de la crucifixión, las injurias de los salteadores que también fueron crucificados a su lado, el dolor y la impotencia de las mujeres ante la muerte del Maestro, valentía de José de Arimatea para ayudar en el entierro, la esperanza en la resurrección de las mujeres... ¿con cuál de estos personaje realmente nos sentimos identificados?
5.Un punto más para nuestra consideración: Todo la vida de Jesús fue una entrega. La muerte en cruz es la máxima expresión de su entrega generosa y total. Es cuerpo entregado y sangre derramada por muchos (14,22-24). Su muerte nos da vida. No podemos quedar indiferentes ante tanto amor.
Ahora nos toca a nosotros decidir si queremos seguir los pasos del Maestro.
¡Ánimo!