Domingo de la Sagrada Familia
Lc 2,41-52
EXPERIENCIA FAMILIAR
En el seno de la familia es donde se gesta la personalidad y se fortalece la vocación; es el lugar para definir el carácter y los proyectos de vida. En la familia se juega el futuro de todas la generaciones. Por eso vale la pena cuidar y fortalecer las familias, agregando cada vez más el ingrediente divino que le hace descubrir su vocación.
En este domingo de la fiesta de la Sagrada Familia se nos presenta una escena llena de contenido familiar. Es el famoso texto donde se relata que Jesús va a Jerusalén y se pierde por tres días. En este relato encontramos varios detalles que enfatizan la familiaridad de Jesús con su Padre del cielo y con sus padres en la tierra.
Destaquemos algunos puntos:
- La familia iba todos los años a Jerusalén (v.41) para la fiesta de la Pascua. Es una familia observante de la tradición religiosa. Peregrinar hacia Jerusalén era un motivo de gran alegría para todo judío, asi canta el salmo 122,1-4: "¡Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa de Yahvé!... adonde suben la tribus de Yahvé, según la costumbre de Israel". Este es un bonito ejemplo para toda familia: subir hasta el lugar donde se celebra en encuentro con El Señor.
- Jesús sube a Jerusalén con sus padres (v. 42), cuando tenía doce años. Fue un momento especial para comenzar a manifestar su filiación divina. Jesús permanece en la tradición de todo judío, asume la costumbre de peregrinar hacia Jerusalén; pero la cosa especial es que esta peregrinación se hace en familia y tiene un sentido: manifiesta su identidad como hijo de Dios. Al final dice Jesús: "¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre?" (v.49). Esta será una respuesta que María guardará en el corazón, aunque no la entiende del todo.
- La inteligencia de Jesús (v.47). El muchacho está entre los maestros, escuchando y haciendo preguntas, es decir, dialogando. No sabemos de qué dialogaban, pero seguramente hablaban de las "cosas de Dios". Los maestros permanecen estupefactos (v.47) ante la inteligencia del muchacho. Seguramente también eran estupefactos por el modo cómo Jesús iluminaba el Antiguo Testamento. Esta inteligencia se cultiva en familia y también en el encuentro con la comunidad creyente.
- Jesús regresa con sus padres a Nazaret y creció bajo su autoridad (v.51). Este detalle también es importante para entender el valor de la vida familiar. Jesús crece en una familia, siguiendo las indicaciones de sus padres. En ese ambiente Jesús crecía en saber, en estatura y en gracia. Es el proceso normal para definir que realmente es un hombre, viviendo su proceso vital.
Que sean nuestras familias lugares de verdadero crecimiento en la fe y el amor, de descubrimiento de la vocación de cada uno, para que luego nos lanzemos al mundo a dar frutos.
¡Ánimo!