Domingo de la Epifanía

02.01.2016 16:56

Mt 2,1-12

"VENIMOS A DORARLE"

El relato que Mateo nos presenta en el Domingo de la Epifanía está lleno de emociones profundas, al mismo tiempo que expresa verdades teológicas que pueden dar sentido a nuestra vida. La construcción literaria es bien lograda, tiene un drama interesante, todo con el objetivo de presentarnos a Jesús como el heredero de las promesas de la Antigua Alianza. Jesús es ahora el punto de referencia para nuestro contacto con Dios. Jesús es nuestra luz; Jesús es el punto hacia donde debemos caminar.

Un pensador francés dice que los misteriosos reyes con su búsqueda y su viaje son un símbolo de la recta razón abierta a la "manifestación" (epifanía) de Dios. La pregunta para nosotros es: ¿estamos haciendo esa búsqueda?

La afirmación que hacen los Magos de Oriente, expresa el dinamimos que todos debemos tener en el corazón: "venimos a adorarle". Todos los pueblos, todas las culturas, todo corazón... absolutamente todos estamos invitados a adorar al Niño que está en Belén. Nuestra vocación es divina. Si nos acercamos a Jesús la alegría está garantizada. Acercarnos a Dios con actitud adorante es una clave para entender el sentido de nuestra vida. La pregunta para nosotros: ¿también queremos adorar a ese Niño?

Jesús es quien nos ilumina, él es quien da sentido a nuestra vida. El Niño Dios es luz, así dice San Juan: "Dios es luz, en él no hay tiniebla alguna... si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros" (Cfr. 1Jn 1,5-7). Sólo Jesús puede ayudarnos a comprender cada paso que damos en nuestra vida. Sólo Jesús puede ayudarnos a caminar en la verdad.  Entonces, la pregunta para nosotros: ¿Hacia dónde debemos caminar?

¡Ánimo!