Sólo Dios es perfecto. Sólo Dios es manifiestación de plenitud, madurez y cumplimiento. Nosotros, en cambio, en esta vida, en nuestra historia, caminamos con esa sensación de avanzar hacia la perfección, pero nunca se logra en su totalidad. Después que hemos logrado un objetivo o que hemos cumplido con una meta, siempre queda aquella sensación de que "todavía se puede mejorar"... quizá logramos el "casi perfecto".

 

Me recuerdo mis días de estudiante, cuando en los exámenes a veces me sacaba un 8, o un 9, o un 9.5.  Me gustaban esas calificaciones. Y algunas vez que me saqué algún 10 también me gustaba, pero con el tiempo he comprendido que me era más cómo aquel "9" o "9.5", porque con esa calificación me quedaban las ganas de seguir mejorando, estudiando, profundizando...

 

En la vida me parece que vale la pena reflexionar sobre esa dinámica que nos impulsa a seguir en camino de perfección. Sabemos que nunca llegaremos al 10 (¡excelencia total! ¡perfeccción total!), pero también sabemos que esa es una razón para seguir en camino. Lo importante no es buscar el 7 o el 6 (ir para atrás), sino buscar ese puntito de más que nos hace pensar en nuestra maduración.

 

El "casi perfecto" no debe ser motivo de conformismo, sino de una búsqueda cada vez más intensa. El ser humano es el único que da cuenta de ese camino hacia la perfección, en todo.

 

Un abrazo,

Animo,