APRENDER EN CADA ETAPA

25.03.2021 22:50

APRENDER DE CADA ETAPA

Nuestra vida se mueve y avanza por etapas. Con cada etapa maduramos y descubrimos nuevos impulsos para la vida. También la historia de los pueblos se desarrolla por etapas. Esta es una dinámica que reconocemos por experiencia. Pero, quizá no siempre aprendemos lo que debemos aprender de cada etapa. Por eso en esta pequeña reflexión les invito a pensar un poco sobre lo que hemos aprendido de las etapas pasadas y, mejor aún, que estamos aprendiendo de la etapa presente, para orientar mejor las etapas por venir.

Cada ser humano pasa por distintas etapas: nacimiento, infancia, adolescencia, juventud, adultez, ancianidad... hasta llegar a la muerte. En cada paso somos llamados a vivir plenamente las características de ese momento y aprender para seguir creciendo. No tendremos la conciencia plena en cada etapa, ni tampoco siempre viviremos con total intensidad todos los detalles de esas etapas. Sin embargo, llega un punto de la vida, donde hacemos una mirada retrospectiva y aprendemos a leer lo vivido y nos damos cuenta que debemos aprender de todo: logros y errores, momentos de luz y de oscuridad, días de lluvia y de sol, del silencio contemplativo y de la fiesta, de las tonalidades de grises...

También los grupos sociales hacen un camino histórico por etapas. Recordemos especialmente, como ejemplo, las etapas por las que ha pasado el pueblo de Dios: desierto, camino, progreso, monarquía, destierro, retorno, reconstrucción, renovación, replanteamiento, apertura, misión... y la lista puede seguir. Cada etapa es una oportunidad para expresar la madurez de la fe. Pero no siempre se ha logrado el objetivo, precisamente porque caminamos en lo provisorio, hasta alcanzar la plenitud cuando será la Parusía, Mientras tanto la llamada seguirá siendo la misma:  aprender de cada etapa lo que significa creer y esperar, haciendo el discernimeinto apropiado.

En estos días hemos estado recordando que, desde hace un año, enfrentamos una etapa de crisis a todo nivel por la pandemia. Y también en esta etapa nos estamos preguntando ¿qué hemos aprendido? ¿qué nos falta por aprender?... Seguramente ya tenemos algunas respuestas, pero la reflexión sigue.

Incluso, quizá hemos descubierto los signos que iluminan el camino y los nuevos paradigmas que dan fuerza. Eso sería un buen paso.

Las preguntas, de todos modos, estimulan para seguir la reflexión. Las respuestas se deben buscar a la luz de la fe. 

Un abrazo,

P. Rafael