Vivir con valor y vivir con valores, son dos opciones indispensables para caminar en la vida de modo significativo. Ambas opciones dan un sabor paritular a la vida, ya sea por la actitud positiva con la que se enfrentan los restos o por la coherencia de vida que marca un estilo especial.

 

Vivir con valor significa tener la valentía necesaria para enfrentar las dificultades y hacer de cada reto una oportunidad. El valor tiene que ver con la capacidad de superar miedos paralizantes o también la capacidad de perseverar en cualquier situación a pesar de las dificultades. Tener valor significa también tener ánimo para levantarse después de las caídas y mantener la acitud de esperanza. El valor nos hace pensar en la valentía necesaria para caminar en cualquier situación sabiendo que no estamos solos. Recordemos que Jesús nos invitó a no tener miedo, a tener valor, a reconocer que él ha vencido al mundo (Cfr. Mt 10,28; Jn 16,33). En nuestra vida cristiana estamos invitados a demostrar verdadero valor, el que nos hace  vivir como resucitados siguiendo al Resucitado.

 

Vivir con valores es el estilo de coherencia constructiva. Al hablar de valores se hace referencia a los principios que guian la forma de ser y actuar, de pensar y decidir, esto significa que marcan un estilo de vida. Los valores son asumidos como normas de vida que orientan la conducta personal o colectiva. Algunos ejemplos de valores: el respeto, la honestidad, la sinceridad, la empatia, la bondad, la reponsabilidad, la justicia, lealtad, prudencia... y la lista puede ser muy larga. Lo importante en todo esto es saber que los valores orientan hacia una personalidad más contructiva y ayudan a tener una sociedad más armónica. Desde el punto de vista cristiano, los valores tienen su fudnamento en el ejemplo de vida que encontramos en Jesús, quien no dijo: "aprendan de mí" (Mt 11,29). En la última cena Jesús lavó los pies a sus discípulos mostrando así el valor del servicio y también pidió que hiciéramos los mismo (Jn 13,15).

 

Vivir con valor es valioso. Vivir con valores también es valioso. Es decir, tiene su precio, es un precio muy alto. Hagamos que nuestra vida tenga ese contenido y significado valioso.

 

Preguntas para reflexionar: ¿con cuánto valor asumo los retos en mi vida? ¿cuáles son los valores que ya estoy viviendo? ¿qué valores debería profundizar o redescubrir en mi vida?

 

Ánimo.

 

Un abrazo,

 

P. Rafael